En la tercera edad, muchas personas experimentan cambios importantes: jubilación, pérdida de seres queridos, problemas de salud o reducción de actividades sociales. Estos cambios pueden generar soledad, tristeza o la sensación de que “ya no se les toma en cuenta”.
En este contexto, la escucha activa es un acto de cuidado y respeto que va más allá de oír las palabras: implica prestar atención total, mostrar interés genuino y validar la experiencia de la otra persona. Escuchar activamente a un adulto mayor es una forma de reconocer su historia, su valor y su lugar en nuestra vida.
Consejos prácticos para mejorar la escucha activa con personas mayores
- Haz contacto visual y muestra interés
Apaga el celular o distracciones y bríndales toda tu atención. La mirada y el lenguaje corporal dicen mucho más que las palabras. - Evita las interrupciones
Las personas mayores suelen narrar con detalle. Interrumpir no solo corta la conversación, sino que puede hacerles sentir que su relato no es importante. - Escucha más allá de las palabras
A veces lo más valioso está en las emociones que transmiten: un suspiro, una pausa, una sonrisa. - Haz preguntas abiertas
Preguntas como “¿Cómo viviste aquel momento?” o “¿Qué aprendiste de esa experiencia?” invitan a conversaciones profundas y enriquecedoras. - Valora sus recuerdos y opiniones
Hacerles saber que su historia y sus consejos tienen valor fortalece su autoestima y sentido de pertenencia. - Acompaña con gestos de afecto
Tomarles la mano, sonreír o asentir refuerza la conexión emocional y el mensaje de “estoy aquí contigo”.
Escuchar activamente a una persona mayor es un acto de amor y reconocimiento. No solo les brindamos compañía, sino que les recordamos que siguen siendo parte importante de nuestra vida y de nuestra historia. Es un regalo que no cuesta nada, pero que tiene un valor incalculable para quien lo recibe.
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